El tener conciencia que la motivación no es unidireccional, da luces acerca de la importancia de conocer a nuestro colaborador y crear condiciones para que este emprenda acciones para el logro de sus objetivos y de los objetivos organizacionales.
En
nuestra actividad diaria de compartir ideas con responsables de la gestión de
gente, surge la queja recurrente de lo difícil que resulta motivar a las
personas. ¡No encuentro como motivar a mi gente! ; ¡Se me están yendo todos de
la empresa y del país…!
Sin
intentar restarle importancia a la retadora situación actual, creo que estamos
partiendo del puerto equivocado. Partimos del supuesto que nosotros
(administradores del talento humano o gestión de gente), motivamos a otro desde
afuera. Si la palabra motivar etimológicamente deriva en la acción de mover, es
natural que genere una gran fatiga.
En
realidad, no motivamos a nadie. Creamos condiciones para despertar el interés
de otro para apoyar y moverse en una dirección que le resulta atractiva y
apoyar una idea de la que percibe beneficio.
Otro
aspecto importante resulta el habernos dado cuenta que el dinero tiene en la
actualidad, menos relevancia de la que le habíamos atribuido. En una economía
inflacionaria, no hay monto que resulte atractivo a mediano plazo. Al cambiar
de empleo la pregunta inmediata era ¿Con cuánto te vas? Ahora estimo que la
pregunta más indicada es conocer la política de fidelización hacia el
trabajador.
La
tarea en la actualidad cambió y se convirtió en una actividad más retadora. En
la panadería donde acudo con frecuencia (no se caracterizada por tener los mejores
precios del mercado), el charcutero le da una lonja del producto solicitado a
sus clientes. Alguien le advirtió –en tono de broma- que iba a agotar el
producto y sería despedido. Su respuesta fue más que elocuente: ¡Así se vende
más y los clientes regresan!
En su
respuesta no había temor, emoción que paraliza o nos hace huir. Había la
convicción que en ese buque-panadería no solo estaba el capitán del barco,
también estaba él. La sostenibilidad del negocio y de su empleo era importante.
En otro caso planteado por uno de mis clientes, se veía con asombro y orgullo
que de varias subsidiarias querían venir a trabajar en el país. No había otro
país donde existieran tantos retos de los cuales aprender. Es decir, era como
tener una píldora de aprendizaje y desarrollo intensivo y acelerado.
El
reto ahora, tal y como realizábamos estudios de mercado para conocer los hábitos
de nuestros clientes y ofrecerles productos o servicios que superaran sus
expectativas, está en conocer a nuestros colaboradores.
¿Conoce
usted a sus colaboradores tanto como a sus clientes externos? ¿Sabe usted
buscan de la organización a la cual pertenecen o quieren pertenecer?
Estas
son solo algunas interrogantes, sin duda coadyuvan a la cura para el dolor de
cabeza.
Psi.
Cesar Yacsirk
Presidente
y miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva @SOVEPPOS
@CYACS
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