La coyuntura exige a todos, Tirios y
Troyanos, ponernos los pantalones largos ante la crisis, madurando desde
nuestra postura actual de expectantes, a reales actores en la superación de
cualquier situación actual o futura.
Hace
algunos años, una familia con tres hijos se encontraba en una coyuntura
económica difícil. Santa Claus en esa oportunidad, le regalo un humilde
instrumento musical a cada uno de ellos. Esto puede ser o no un buen regalo.
Sin embargo, este fue un presente navideño por debajo de las expectativas de
carritos, muñecas o robots esperados por ellos.
Estoy
seguro que estos niños lloraron, se quejaron y despotricaron por esta afrenta
de Santa. Tal comportamiento para un trio de críos era lo esperado. No
obstante, la situación había cambiado y los “proveedores” del viejo pascuero no
contaban con los medios suficientes para mejorar la oferta.
En
la actualidad las empresas están viviendo como cualquier familia, los embates
de la coyuntura económica, debiendo modificar muchos de sus planes y
beneficios. No pocas organizaciones, por ejemplo, se han abocado a facilitar al
trabajador alimentos básicos en las cestas navideñas (en lugar de licores,
nueces o uvas pasas), motivado a la escasez de ciertos rubros.
Aunque
usted no lo crea, no para todos ha sido recibida esta acción con beneplácito.
De hecho, se registraron quejas sindicales y de personal supervisorio con no
pocos seguidores.
Esto
lleva a pensar en el nivel de madurez y entendimiento de la situación de algunas
empresas y sus miembros. Ichak Adizes por los años 80 planteaba que las
organizaciones poseen etapas similares a las etapas del ser humano, desde su
nacimiento hasta su muerte tales como: niñez, adolescencia, madurez, senectud
etc.
No
pretendo calificar el nivel de madurez del trabajador actual. Estimo
simplemente que la actual situación, nos puede estar superando e indicando la
necesidad de ponernos los pantalones
largos y hacer crecer a todos sus miembros separándonos de un comportamiento
que ya no corresponde.
Para
nadie es un secreto que la legislación laboral local es considerada “paternal”
y que en muchos casos, no permite que el trabajador asuma una posición madura
ante las crisis.
Ponernos
los pantalones largos implica varias
cosas. En primer lugar, comunicar permanentemente y por diversos canales la
situación en la cual se encuentra la organización. Presentar tanto las amenazas
como las oportunidades, en ambas hay oportunidades de crecimiento. Incorporar a
todos, independientemente a su rol o nivel organizacional. Recuerde que la
comunicación informal es más rápida, poco veraz y en ocasiones no bien
intencionada.
Igualmente
es necesario, promover el sentimiento de pertenencia resaltando el “nosotros” en lugar de “ustedes”. Es un barco en el que todos
estamos a bordo.
Es
el momento de estimular la cercanía entre sus miembros, echando mano de
nuestros recursos personales. Es hora de ponerse los pantalones largos.
Psi.
Cesar Yacsirk
Presidente
Sociedad Venezolana de Psicología Positiva
@CYACS
Artículo publicado en la revista Business Venezuela BV 351 Primera Edición 2017. Venezuela
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